Naturaleza

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domingo, 15 de mayo de 2011

CRISIS DE LÍDERES

He leído en una “web” española lo siguiente: “Los lideres están para orientar debidamente a la opinión pública”. Esta es una visión romántica que presupone que el interés de los líderes es la Sociedad. La realidad es que el interés de los líderes es su propio beneficio y el de su grupo, bien sea este Partido Político, Sindicato,  Empresarios, Deportes, Cultura, etc. En todos ellos prima mayoritariamente el análisis distorsionado de las inquietudes y aspiraciones de la Sociedad, ignorando sus aspiraciones reales. El bajo nivel de formación y la falta de información, llevó a las Sociedades a seguir a líderes que mayoritariamente han perjudicado a los ciudadanos que decían servir. Esto esta cambiando rápidamente. La formación es más universal y mejor aprovechada y el acceso a la información es ilimitado. Esto nos lleva, a que somos capaces de detectar más rápidamente y con mayor amplitud las manipulaciones a las que nos someten nuestros líderes, a un intercambio a nivel ciudadano de nuestras ideas, identificación y definición de nuestros problemas y propuestas de soluciones, sin necesidad de ser  “adecuadamente orientados”. Tenemos graves problemas como contar con parlamentos marionetas de las Direcciones de los Partidos y políticos que meten mano, impunemente, en el erario público o lo gestionan funestamente, de Sindicatos que promueven reivindicaciones surgidas de los comienzos del siglo XX y que ignoran la realidad económica actual, de Empresarios que no dudan en rebajar la calidad de sus productos, al mismo tiempo de someternos a intensas campañas de propaganda fraudulenta, de Sociedades de Deportes que se transformaron en negocios, donde el objetivo es ganar, abandonando los principios de deportividad y juego limpio que tanto necesita nuestra juventud, de actividades culturales donde se premia, la mediocridad, el leguaje soez, la violencia y los mas bajos instintos. Debemos hacer una revolución ambiciosa y sin extremismos, en la que todos los Ciudadanos tengamos cabida, fomentando la comunicación directa  entre nosotros con la que paulatinamente, sin prisa pero sin pausa, creamos la conciencia colectiva necesaria para denunciar estos problemas, y para trabajar en conjunto por su solución.          

lunes, 2 de mayo de 2011

CASI CINCO MILLONES DE PARADOS

En España, en la búsqueda de responsables de esta situación, aparecen los bancos y las constructoras. Los primeros por dar créditos sin las debidas garantías y los segundos por saturar el mercado de la vivienda.  Ambas apreciaciones son ciertas, pero también es cierto, que ningún banco ha obligado a nadie a firmar una hipoteca y ninguna constructora ha obligado a nadie a comprar una casa. El responsable final somos los ciudadanos, que decidimos vivir por encima de nuestras posibilidades, adquiriendo todo tipo de bienes e incluso especulando en el mercado de la vivienda, a base de hipotecarnos más allá de lo razonable, al mismo tiempo reducíamos nuestra productividad. Esta actitud nos llevó a la saturación del mercado de los bienes, a las dificultades para pagar nuestros créditos y por consiguiente, al obligado descenso del consumo, con la correspondiente crisis de empresas, ya afectadas por la falta de competitividad y rematadas por la falta de ventas, propiciando los despidos masivos. ¿Qué nos llevó a este comportamiento?. Sin duda la irresponsable actitud de los políticos, que nos describían un panorama de crecimiento que basaban en su gestión, sin advertirnos del problema en el que nos estábamos metiendo.  También cooperaron los sindicatos con sus constantes reivindicaciones para trabajar menos horas y ganar más. Todo ello nos ha llevado a un clima de euforia, que propició los excesos de consumo que ha desembocado en la actual situación.  De esta crisis, los ciudadanos, sacaremos como enseñanza, que debemos controlar nuestro consumo, equilibrándolo con nuestros ingresos, como única forma de que el mismo sea constante para minimizar los altibajos que nos llevan a las crisis. También entenderemos que debemos incrementar nuestra productividad, como único medio de tener empresas competitivas a nivel nacional y mundial, que garanticen un volumen de ventas estables y por ello puestos de trabajo estables.  Por último debemos potenciar nuestro criterio, como única forma de defendernos de las manipulaciones que por todas partes nos asedian.