En España, en la búsqueda de responsables de esta situación, aparecen los bancos y las constructoras. Los primeros por dar créditos sin las debidas garantías y los segundos por saturar el mercado de la vivienda. Ambas apreciaciones son ciertas, pero también es cierto, que ningún banco ha obligado a nadie a firmar una hipoteca y ninguna constructora ha obligado a nadie a comprar una casa. El responsable final somos los ciudadanos, que decidimos vivir por encima de nuestras posibilidades, adquiriendo todo tipo de bienes e incluso especulando en el mercado de la vivienda, a base de hipotecarnos más allá de lo razonable, al mismo tiempo reducíamos nuestra productividad. Esta actitud nos llevó a la saturación del mercado de los bienes, a las dificultades para pagar nuestros créditos y por consiguiente, al obligado descenso del consumo, con la correspondiente crisis de empresas, ya afectadas por la falta de competitividad y rematadas por la falta de ventas, propiciando los despidos masivos. ¿Qué nos llevó a este comportamiento?. Sin duda la irresponsable actitud de los políticos, que nos describían un panorama de crecimiento que basaban en su gestión, sin advertirnos del problema en el que nos estábamos metiendo. También cooperaron los sindicatos con sus constantes reivindicaciones para trabajar menos horas y ganar más. Todo ello nos ha llevado a un clima de euforia, que propició los excesos de consumo que ha desembocado en la actual situación. De esta crisis, los ciudadanos, sacaremos como enseñanza, que debemos controlar nuestro consumo, equilibrándolo con nuestros ingresos, como única forma de que el mismo sea constante para minimizar los altibajos que nos llevan a las crisis. También entenderemos que debemos incrementar nuestra productividad, como único medio de tener empresas competitivas a nivel nacional y mundial, que garanticen un volumen de ventas estables y por ello puestos de trabajo estables. Por último debemos potenciar nuestro criterio, como única forma de defendernos de las manipulaciones que por todas partes nos asedian.
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